DOLORES DE LA VIRGEN

DOLORES DE LA VIRGEN

MADRE que espada más fiera

Vuestro pecho traspasó,

Haced que esta espada MADRE

También el pecho taladre

Del que a Vos os la clavó.

1º. Cuando Simeón el justo

tomando al Niño en sus palmas

su muerte por nuestras almas

profetizando anunció.

2º. Cuando por salvar al Hijo

de impías persecuciones

ir a Egipto a las regiones

el Ángel os ordenó.

3º. Cuando al regresar del Templo

perdisteis al dulce Infante

y la luz de su semblante

tres días se os eclipsó.

4º. Cuando al suplicio subiendo

por la cuesta fatigosa

de la Vía Dolorosa

Jesús con Vos se encontró.

5º. Cuando cual manso Cordero

el Redentor inocente

de Cruz infame pendiente

en el Calvario expiró.

6º. Cuando en el casto regazo

que a Jesús vivo estrechara

y en su infancia le albergara

Jesús muerto reposó.

7º. Cuando los yertos despojos

que tiernamente abrazabais

y con lágrimas regabais

la sepultura encerró

CÁNTICO DOLOROSO

Ave de penas, María

Consuelo de pecadores

POR VUESTROS SIETE DOLORES

AMPARADNOS MADRE PIA

1. Tu corazón traspasado

quedó en el Templo, María,

al oír la Profecía

que Simeón te anunciado

de que tu Hijo adorado

en una Cruz moriría

2. Degollar a tu Hijo amado

ordenado Herodes maldito

mientras José os lleva a Egipto

huyendo del atentado

tu corazón desolado

de dolor se comprimía.

3. Perdido estuvo en el templo

tres días el Deseado

y con los sabios hallado

dando de su Ley ejemplo.

Vuestra amargura contemplo

Desolada en los tres días.

4. Siendo Vos vida y dulzura

se eclipsó la hermosa luz

cuando hallasteis a Jesús

en la calle de Amargura

descompuesta su figura

con la sangre que vertía.

5. Clayan al Hijo de Dios

A presencia de su Madre

desmayando al  contemplarle

en martirio tan feroz

en este paso los dos

sufren mortal agonía.

6. En los brazos recibistes

a Jesucristo ya muerto

que al verle cadáver yerto

fue  milagro no moristes

en este paso tuvistes

cumplida la profecía.

7. Vuestro Hijo sepultado

quedaste aurora del cielo

sin alivio ni consuelo

y el corazón traspasado

sólo el Discípulo amado

vuestras penas socorría.

8. Para memoria gloriosa

de dolores tan acerbos

la religión de tus siervos

fundaste Madre piadosa

y en ella Vos sois la rosa

fragante de nuestra guía.

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